miércoles, 2 de febrero de 2011

EL ANUNCIO DE LA RESURRECCIÓN. Lc 23,56b-24,12.

56b El día de precepto observaron el descanso, según el mandamiento.

24 1 pero el primer día de la semana, de madrugada, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.
2 Encontraron corrida la losa
3 y entraron en el sepulcro, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.
4 No sabían qué pensar de aquello, cuando se les presentaron dos hombres con vestiduras refulgentes;
5 despavoridas, agacharon la cabeza, pero ellos les dijeron:
- ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
6 No está aquí, ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando estaba todavía en Galilea:
7 "El Hombre tiene que ser entregado en manos de hombres descreídos, ser crucificado y al tercer día resucitar".
8 Recordaron entonces sus palabras,
9 volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los Once y a todos los demás.
10 Eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago; también las demás, junto con ellas, se lo decían a los apóstoles,
11 pero ellos tomaron sus palabras por delirio y se negaban a creerlas.
12 Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas y se volvió a su casa extrañado de lo ocurrido.


EXPLICACIÓN.

Las mujeres observan el precepto del descanso festivo; aunque han seguido a Jesús, no han roto con la Ley; tipifican a la comunidad de creyentes judíos. El primer día de la semana (lit. "el uno de la semana", alusión a Gn 1,5): comienza el mundo nuevo, la creación definitiva (24,1); con Jesús resucitado empieza la nueva humanidad.

La ida al sepulcro muestra amor y adhesión a Jesús, pero piensan que sigue muerto. Lc no había mencionado antes la losa (2); el sepulcro nunca aparece cerrado. Ver el sepulcro vacío no lleva a las mujeres a creer, las deja confusas (3-4a).

Dos hombres, como en la transfiguración, Moisés y Elías (cf. 9,39): el AT (Ley y Profetas), testigo del cumplimiento del éxodo liberador de Jesús (9,31), en el que culmina la expectación secular de Israel. Ellos participan de la gloria de ese éxodo, que lleva al mundo definitivo (vestiduras refulgentes) (4b).

Efecto de la visión, temor, no esperanza (9,34) (5). Al que está vivo: la vida ha vencido a la muerte. Los discípulos no habían prestado fe a las palabras de Jesús (6-8: cf. 9,22). María Magdalena y Juana, cf. 8,2s; María la de Santiago, mencionada por primera vez (cf. Mc 16,1).

La reacción del grupo de los apóstoles (9: Los Once, los discípulos de origen judío que han perdido su representatividad frente a Israel) es negativa (11). Tampoco Pedro saca las consecuencias de lo que ve (12).

No hay comentarios:

Publicar un comentario