10 Estaba enseñando un sábado en una de las sinagogas.
11 Había allí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu y andaba encorvada, sin poderse enderezar del todo.
12 Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
- Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
13 Y le aplicó las manos. En el acto se puso derecha y empezó a alabar a Dios.
14 Intervino el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, y le dijo a la gente:
- Hay seis días de trabajo: venid esos días a que os curen, y no el día de precepto.
15 Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo:
- ¡Hipócritas! Cualquiera de vosotros ¿no desata del pesebre al buey o al burro el día de precepto y lo lleva a abrevar?
16 Y a ésta, que es hija de Abrahán y que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no había que soltarla de su cadena en día de precepto?
17 Según iba diciendo esto se abochornaban sus adversarios, mientras toda la gente se alegraba de tantas magníficas cosas como hacía.
EXPLICACIÓN.
G. La Ley y el reino de Dios. 10-30. Cambio de escenario y de temática. Enseñanza de Jesús en diversos lugares y circunstancias. Tríptico (10-17; 18-21; 22-30).
10-17. Última vez que enseña en una sinagoga. Tema central, la observancia del sábado; el día sagrado se convierte en enemigo del hombre; liberación de las ataduras seculares con que la enseñanza sinagogal tiene trabado al pueblo, para permitir a éste la opción por el Reino.
Figura femenina del pueblo enfermo y disminuido, al igual que la mujer con flujos (8,43-48) y la hija de Jairo (8,41s); la masculina lo ha sido el hombre del brazo atrofiado (6,6-11: sinagoga, curar en sábado) y lo será el hidrópico que se presentará en la secuencia paralela (14,2-5: casa del fariseo, curar en sábado). El contacto con Jesús le devuelve su condición erguida (13; cf. 8,44).
El jefe de sinagoga (14; cf. 8,41.49); seis días de trabajo, prohibido trabajar el séptimo (Éx 20,9s; Dt 5,13s: también a animales). No se atreve a encararse con Jesús; pretende seguir dominando a la gente con la doctrina.
Hipócritas (15; cf. 12,1b), el plural indica que Jesús tiene en vista a los dirigentes, sus adversarios (17). Se cuidan de los animales (interés económico), pero no del pueblo (15s). Hija (de Abrahán) (16), en paralelo con la mujer con flujos (8,48) y la hija de Jairo (8,42).
El poder religioso (16: Satanás, cf. 11,21), ejercido a través del precepto, tiene al pueblo sometido (encorvada), privado de libertad (atado como un animal), le impide la plena condición humana (11: sin poderse enderezar del todo). La alegría de la multitud muestra la rebelión de la conciencia popular contra el dominio de los dirigentes (17).
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