jueves, 4 de noviembre de 2010

RECHAZO: EL HOMBRE DEL BRAZO ATROFIADO. Lc 6,6-11.

6 Otro sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía el brazo derecho atrofiado.
7 Los letrados y fariseos estaban al acecho para ver si curaba en día de precepto y encontrar de qué acusarlo.
8 Pero él, conociendo sus intenciones, dijo al hombre del brazo atrofiado:
- Levántate y ponte en medio.
El hombre se levantó y se puso allí.
9 Jesús le dijo:
- Una pregunta: ¿Qué está permitido en día de precepto, hacer bien o hacer daño, salvar una vida o destruirla?
10 Y, echándoles en torno una mirada, dijo al hombre:
- Extiende el brazo.
Lo hizo, y su brazo volvió a quedar normal.
11 Ellos se pusieron furiosos y discutían unos con otros qué podrían hacer con Jesús.


EXPLICACIÓN.

Cf. Mc 3,1-7a. Sinagoga-tipo (sin localización). Enseñar, cf. 4,31s. El público de la sinagoga está representado por un solo hombre (como en 4,33s) con el brazo derecho atrofiado, es decir, privado de actividad e iniciativa por la doctrina legalista que se enseña en la sinagoga; es figura de la situación de Israel sometido a la institución (6). Según la doctrina oficial, el precepto impide también curar (7). Ponte en medio, el hombre debe ocupar el lugar central (8).

Valor supremo, ¿la Ley o el hombre? Letrados y fariseos, enemigos del hombre en nombre de Dios. El mismo día de precepto, ellos pretenden acusar y hacer condenar a Jesús por dar vida al pueblo; Jesús, arriesgando su vida (cf. v.7), libera al inválido/Israel (9-10). "Los justos" no admiten la posibilidad de rectificar; la emancipación del pueblo les resulta intolerable. Los responsables de la institución sinagogal ven en Jesús un enemigo peligroso. Ruptura (11).

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