miércoles, 15 de diciembre de 2010

EN JERICÓ. ZAQUEO. Lc 19,1-10.

1 Entró en Jericó y empezó a atravesar la ciudad.
2 En esto, un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de recaudadores y además rico,
3 trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura.
4 Entonces se adelantó corriendo y, para verlo, se subió a una higuera, porque iba a pasar por allí.
5 Al llegar a aquel sitio, levantó Jesús la vista y le dijo:
- Zaqueo, baja en seguida, que hoy tengo que alojarme en tu casa.
6 Él bajó enseguida y lo recibió muy contento.
7 Al ver aquello, se pusieron todos a criticarlo diciendo:
-¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!
8 Zaqueo se puso en pie y dirigiéndose al Señor le dijo:
- La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien he extorsionado dinero, se lo restituiré cuatro veces.
9 Jesús le contestó:
- Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también él es hijo de Abrahán.
10 Porque el Hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido y a salvarlo.


EXPLICACIÓN.

1-10. Jericó. Zaqueo, rico, al margen de la Ley (jefe de recaudadores, cf. 5,29-32), contrasta con el rico observante (18,18-23). Crítica a Jesús (7), ambiente de tendencia farisea (cf. 15,2).

El episodio ejemplifica cómo Jesús llama a los pecadores a la enmienda (5,32). La decisión de Zaqueo (8) sobrepasa con mucho lo prescrito en Lv 5,20-26 para resarcir el fraude. Es un ejemplo de enmienda, y ésta le obtiene la salvación (9). Cumple con creces lo exigido por Juan Bautista a los recaudadores (3,12s) y a los soldados paganos (3,14).

Jesús no le propone la renuncia a sus bienes ni lo invita a seguirlo (cf. 18,22). Relación con la parábola de la oveja perdida (10).

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