viernes, 29 de octubre de 2010

EL PARALÍTICO. Lc 5,17-26.

17 Uno de aquellos días estaba él enseñando, y estaban sentados fariseos y maestros de la Ley llegados de todas las aldeas de Galilea y de Judea, e incluso de Jerusalén. La fuera del Señor estaba con él para curar.
18 Aparecieron unos hombres llevando en un catre a un individuo que estaba paralizado, y trataban de introducirlo para colocárselo delante.
19 No encontrando por dónde introducirlo, por causa de la multitud, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con el catrecillo hasta el centro, delante de Jesús.
20 Él, viendo la fe que tenían, dijo:
- Hombre, tus pecados quedan perdonados.
21 Los letrados y los fariseos se pusieron a razonar:
- ¿Quién es éste que blasfema así? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
22 Intuyendo Jesús como razonaban, les repuso:
- ¿Qué razonamiento es ése?
23 ¿Qué es más fácil, decir "tus pecados quedan perdonados" o decir "levántate y echa a andar"?
24 Pues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... - le dijo al paralítico:
- A ti te hablo: ponte en pie, carga con tu catrecillo y vete a tu casa.
25 Se levantó en el acto delante de todos, cargó con el catre donde había yacido y se marchó a su casa alabando a Dios.
24 Todos ellos qudaron atónitos y alababan a Dios, diciendo sobrecogidos:
- Hoy hemos visto cosas increíbles.


EXPLICACIÓN.

De nuevo relación entre enseñanza y curación (cf. 5,15). Jesús, ante los observantes estrictos de la Ley (fariseos) y ante los que la absolutizaban, los maestros de la Ley (expresión de Lc; cf.21: letrados), La fuerza del Señor, el Espíritu (4,14) (17). Interpretación, como en Mc 2,1-13. Diferencias con Mc: no hay "cuatro" portadores; Jesús llama al paralítico hombre (no "hijo"): así indica Lc la universalidad de la salvación. Los fariseos y maestros de la Ley procedían de todos los rincones del territorio judío, incluida Jerusalén (17): desafío de Jesús al exclusivismo judío. El Hombre (24) (primera vez en Lc): el portador del Espíritu, que por ello tiene la plenitud humana. Su acción con el hombre que desea salvación: borrar el pasado (20: pecados) y comunicar libertad y vida (23: Espíritu). Se explicita el contenido de la curación del leproso. Única condición para la salvación, la fe/adhesión a Jesús (20), no la observancia de la Ley judía. Reacción positiva (alabanza a Dios), pero acompañada de temor y sorpresa (cosas increíbles) (25s).

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