martes, 25 de enero de 2011

ANTE HERDOES. Lc 23,8-12.

8 Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento; hacía tiempo que estaba deseando verlo por lo que oía de él, y esperaba verlo realizar algún milagro.
9 Le hizo numerosas preguntas, pero Jesús no le contestó palabra.
10 Estaban allí los sumos sacerdotes y los letrados acusándolo con vehemencia.
11 Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio; para burlarse de él, le hizo poner un ropaje espléndido y se lo remitió a Pilato.
12 Aquel día se hicieron amigos Herodes y Pilato, que antes estaban enemistados.


EXPLICACIÓN.

8-12. Gran curiosidad de Herodes (cf. 9,9), que Jesús no satisface. Como en otra ocasión (13,31s), no reconoce la autoridad de Herodes (8s). Acusación insistente (10). Herodes no entiende a este preso, que no se defiende ni le pide ayuda; lo trata como a un loco (11). Los poderosos se reconcilian a costa de la dignidad de un hombre (12).

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