martes, 18 de enero de 2011

PREDICCIÓN DE LA RUINA DEL TEMPLO.

5 Como algunos hablaban del templo, ponderando la calidad de la piedra y el adorno de los exvotos, dijo:
6 - Eso que contempláis llegará un día en que no dejarán piedra sobre piedra que no derriben.

LA GUERRA NO ANUNCIA EL FIN. PERSECUCIONES.

7 Entonces le hicieron esta pregunta:
- Maestro, ¿cuándo va a ocurrir eso? y ¿cuál será la señal, cuando eso esté para suceder?
8 Él respondió:
- Cuidado con dejarse extraviar, porque van a llegar muchos diciendo en nombre mío: "Yo soy" y "El momento está cerca"; no os vayáis tras ellos.
9 Cuando oigáis estruendo de batallas y subversiones, no tengáis pánico, porque eso tiene que suceder primero, pero el fin no será inmediato.
10 Entonces dijo a los discípulos:
- Se alzará nación contra nación y reino contra reino,
11 habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambre y epidemias; habrá fenómenos terribles y señales grandes en el cielo.
12 Pero antes de todo eso os perseguirán y os echarán mano, para entregaros a las sinagogas y cárceles y conduciros ante reyes y gobernadores por causa mía.
13 Tendréis en eso una prueba.
14 Ahora, haced el propósito de no preocuparos por vuestra defensa,
15 porque yo os daré palabras tan acertadas que ninguno de vuestros adversarios podrá haceros frente o contradeciros.
16 Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos, os entregarán y os harán morir a algunos.
17 Seréis odiados de todos por razón de mi persona,
18 pero no perderéis ni un pelo de la cabeza.
19 Con vuestra constancia conseguiréis la vida.

PREDICE LA RUINA DE JERUSALÉN.

20 Cuando veáis que Jerusalén va siendo sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su devastación.
21 Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad;
22 porque ésos son días de reivindicación en que se cumplirá todo lo que está escrito.
23 ¡Pobres las que están encinta o criando en aquellos días! Porque habrá una necesidad tremenda en la tierra y un castigo para este pueblo.
24 Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que los plazos de los paganos se cumplan.

LA CAÍDA DE LOS IMPERIOS. EL TRIUNFO DEL HIJO DEL HOMBRE.

25 Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra las naciones paganas serán presa de angustia, en vilo por el estruendo del mar y el oleaje,
26 mientras los hombres quedarán sin aliento por la temerosa expectación de lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo vacilarán.
27 Entonces verán llegar al Hombre en una nube con gran potencia y gloria.
28 Cuando empiece a suceder esto, poneos derechos y alzad la cabeza, porque está cerca vuestra liberación.

PROXIMIDAD DE LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN.

29 Y les puso una comparación:
- Fijaos en la higuera o en cualquier árbol:
30 cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca.
31 Pues lo mismo, cuando veáis vosotros que están sucediendo estas cosas, sabed que está cerca el reinado de Dios.
32 Os aseguro que no pasará esta generación sin que todo suceda.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

EXHORTACIÓN A LA VIGILANCIA.

34 Andaos con cuidado, que no se os embote la mente con el vicio, la borrachera y las preocupaciones de la vida, y el día aquel se os eche encima de improviso;
35 porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra.
36 Ahuyentad el sueño y pedid fuerza en cada momento para escapar de todo lo que va a venir y poder manteneros de pie ante el Hombre.
37 De día estaba enseñando en el templo, y salía a pasar la noche al monte que llaman de los Olivos.
38 El pueblo en masa madrugaba para acudir al templo a escucharlo.


EXPLICACIÓN.

5-38. En Lc, la predicción de Jesús y su discurso sobre el futuro de Jerusalén y del templo y sobre el reinado de Dios en la historia se pronuncian dentro del templo y se dirigen a los que escuchaban su enseñanza (cf. Mt 24; Mc 13).

(5s) A la admiración por la belleza del templo responde Jesús con la predicción de su ruina (cf. 19,41-44: lamento sobre Jerusalén).

(7) La pregunta siguiente no manifiesta sorpresa; de hecho, se pensaba que estaba próximo el cumplimiento de la profecía de las setenta semanas (Dn 9,24-27), y que el momento de máxima ruina señalaría el comienzo de la restauración de Israel y la derrota de los paganos (Dn 7,27). La pregunta es doble: quieren saber el momento en que tendrá lugar el desastre y, en segundo lugar, cuál será la señal que anuncie la inversión del curso de los acontecimientos y la restauración.

(8-19) Comienza el discurso previniendo contra un engaño: el desastre no anuncia una restauración: el presupuesto de la pregunta es falso. De hecho, dentro del grupo judeocreyente muchos simularán espíritu de profecía: atribuirán a Jesús el papel de restaurador de Israel (Yo soy: el Mesías nacionalista) y anunciarán la inminencia de su intervención (el momento está cerca) (8).

Sin embargo, los acontecimientos guerreros no anunciarán el fin de la opresión ni la inmediata restauración mesiánica (9). Habrá guerra y desastres (10s). Pero, lo mismo que el rechazo de "el Hombre" había de proceder a la destrucción de Jerusalén, también los discípulos serán perseguidos de parte de los poderes judíos y paganos. Esto los confirmará en la verdad de su postura (cf. 6,22) (12s).

No preparar ninguna defensa, lo que equivaldría a reconocer la legitimidad del tribunal, sino esperar las palabras eficaces que se les inspiren (14s, cf. 12,11s). Serán sus connacionales judíos los que más se ensañen con ellos, pues el mensaje universalista del Reino anula el privilegio de Israel (16s). Confianza (cf. 12,7) (18). Lo importante es no cejar ante esa oposición a muerte por parte de la sociedad. La constancia garantiza la vida, como producía el fruto (8,15) (19).

(20-24) Jesús niega el segundo presupuesto de la pregunta, la aparición de una señal salvadora. Cerco de Jerusalén. Su ruina corresponde al "día del Hombre" (17,24.37; cf. 13,35; 19,27.41-44; 20,16). La destrucción llegará hasta el final (cf. v.6), la única solución es una huida lo más rápida posible (21). Son los días del desquite o de la justicia (cf. 18,1-8); todo lo escrito, cf. 11,50s (22).

Compasión de Jesús por las víctimas inocentes (23). Dispersión de los judíos y humillación de Jerusalén (cf. 13,35). Esta ruina inaugura la época de los paganos, que significa la llegada del reinado de Dios (9,27) (24).

(25-28). Acontecimientos posteriores, en contexto pagano. La caída del régimen opresor judíos, consecuencia histórica del rechazo de Jesús, será seguida por la caída sucesiva de los opresores paganos, consecuencia del rechazo y persecución contra el mensaje; vse. Mc 13,24-27; éste será el curso de la historia.

La catástrofe cósmica era símbolo de la caída de un orden social injusto (Is 13,10; 34,4; Ez 32,7s; Jl 2,10.31; 3,15), que aparece como la inauguración de un mundo diverso; las potencias del cielo, los poderes divinizados (25s).

Es el triunfo del Hombre sobre los opresores; su gran potencia de vida se opone a "las potencias" de muerte que vacilan; su gloria o realeza, a la realeza de los opresores que declina (27). Ante la ruina de un orden social injusto, que espanta a los hombres, los discípulos, cuya labor ha contribuido a esa caída, lejos de temer (cf. 21,9), han de cobrar ánimos, pues para ellos es señal de liberación (28).

(29-33). Respuesta a la cuestión del cuándo (v.7). En primer lugar, Jesús expone el horizonte positivo que abre la destrucción de Jerusalén: anuncio del verano, tiempo de la cosecha y de alegría: la llegada del reinado de Dios o entrada de los paganos en el Reino. Jerusalén y lo que ésta representa son el obstáculo a ella (29-31).

La destrucción de Jerusalén y la entrada de los paganos sucederán dentro de la generación contemporánea de Jesús (32). Certeza (33).

(34-36) Aviso a los discípulos: el día aquel (34), distinto del de la destrucción de Jerusalén, es el de la llegada del Hombre (v.27), que sigue a la caída de los opresores. Los discípulos han debido prepararlo, desafiando a la persecución y la muerte (vv. 12-19).

Para ello, evitar la vida disoluta y la preocupación por el dinero, que ahogan el mensaje (cf. 8,14) y les impedirían buscar el reinado de Dios (cf. 12,31). Si están integrados en la sociedad injusta que se deshace, correrán su misma suerte, la llegada del Hombre no será para ellos liberación (v.28) (35). Actividad, aguante y confianza (cf. v.19); así, el encuentro con el Hombre que llega será para ellos vida (cf. 12,40) (36).

(37s) Se cierra la actividad de Jesús en el templo. Interés de pueblo por su enseñanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario