martes, 25 de enero de 2011

PEDRO NIEGA A JESÚS. Lc 22,54-62.

54 Lo prendieron, se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
55 Encendieron un fuego en medio del patio y se sentaron juntos, y Pedro se sentó entre ellos.
56 Una criada, al verlo sentado a la lumbre, se le quedó mirando y dijo:
- También éste estaba con él.
57 Pero él lo negó diciendo:
- No sé quién es, mujer.
58 Poco después lo vio otro y le dijo:
- Tú también eres de ellos.
Pedro replicó:
- No, hombre; yo, no.
59 Pasada la cosa de una hora, otro insistía:
- Seguro, también éste estaba con él, porque es también galileo.
60 Pedro, contestó:
- Hombre, no sé de qué hablas.
Y al instante, mientras aún estaba hablando, cantó un gallo.
61 El Señor, volviéndose, fijó la mirada en Pedro, y Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: "Antes que cante hoy el gallo, me negarás tres veces".
62 Y, saliendo fuera, lloró amargamente.


EXPLICACIÓN.

54-62. Pedro sigue a distancia: no comparte la actitud de Jesús (54). Se mezcla con los que lo han prendido (55). Comienza el juicio de Pedro: por mantener su ideal de un mesías triunfador, niega tres veces (de modo definitivo) ser discípulo de Jesús; ha sucumbido a la tentación (22,31.34.40.46). Declara no saber quién es Jesús (56s), no pertenecer al grupo de sus compañeros (58), ni entender siquiera lo que significa estar con Jesús (59s). Jesús no lo abandona; su mirada vence la obstinación de Pedro (61s).

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